Miércoles 29 de octubre de 2014
Enlace a la noticia en el Correo
La plaza del Pumarejo soporta desde hace seis meses las obras en la calle San Luis, y debe y puede normalizarse de una vez su situación.
El avance de los trabajos permitiría qu
e la plaza hubiera recuperado hace al menos dos meses su estado y funcionamiento normales, muy afectados por su uso como zona de almacenaje para la obra y los cambios circulatorios realizados. El vecindario está ya harto de cómo y cuánto se prolonga la situación, que añade innecesariamente más problemas a los que ya tiene la plaza de por sí. Así que en breve podría pasar ya a la acción...

La reurbanización de la calle San Luis era necesaria, dada la pésima configuración de la vía y el mal estado de sus infraestructuras; por lo que se reclamaba hace mucho tiempo por el vecinadrio y los sucesivos gobiernos municipales la han venido prometiendo al menos desde los tiempos del Plan Urban, hace casi 20 años.
El pasado 5 de mayo el Ayuntamiento por fin inició las obras, a través de Emasesa, para remodelar por completo el tramo de calle entre la iglesia de San Marcos y la plaza del Pumarejo. Y la primera actuación fue colocar en esta plaza dos grandes contenedores, tipo barco mercante, acotar con vallas la mitad de su superficie como “cajón de obras” y modificar la circulación de vehículos, haciéndolos pasar por la zona peatonal; justo por delante de la Casa-Palacio del Pumarejo.
Al poco empezaran ya a observarse problemas. Así, el cajón de obras era evidente que ocupaba una superficie excesiva, dado que para el volumen de materiales que allí se acopiaban y su manejo bastaba un espacio mucho menor. La suciedad se acumulaba en su interior, porque ni la empresa constructora ni Lipasam hacían lo oportuno y obligado. Y los vehículos, al no haberse colocado vallas u otros elementos que lo impidieran, comenzaban a aparcar en el carril provisional habilitado por el interior de la plaza, haciendo que la circulación se realizara ya pegada a la Casa del Pumarejo, con lo que se molestaba a los viandantes y a la clientela del bar allí existente y se hacía peligrosa la salida desde la casa por parte de sus vecinas, ya muy mayores, y de los muchos usuarios del Centro Vecinal Pumarejo.
En todo este tiempo han sido numerosas las llamadas del vecindario tanto a la Policía Local como al Distrito Casco Antiguo para solventar los problemas causados por el aparcamiento indebido, y para que se le diera cuanto antes una solución definitiva al asunto, acotando el carril de circulación para impedir de manera efectiva el estacionamiento y para alejar el tránsito de vehículos a una distancia mínima prudencial en prevención de posibles accidentes. También hubo escritos; que sepamos, al menos el de la Asociación Casa del Pumarejo, del 22 de mayo, y el del grupo de entidades del barrio, entre ellas La Revuelta, que elaboraron un extenso informe sobre esta actuación de reurbanización, entregado el pasado 3 de septiembre (véanse los puntos 2.4 y 2.5, págs. 20 a 24). Pero de nada sirvieron.
Así, los contenedores y el cajón de obras, no obstante estar usando la empresa constructora también un gran solar mucho más cerca del tajo (que está ya a la altura de las iglesias de Santa Marina y de San Luis), siguieron ocupando media plaza de manera innecesaria; y no ha sido hasta hace dos semanas que han reducido el recinto vallado (aunque podría eliminarse por completo, pues ya no acoge ningún material). Mientras que los coches, no obstante estar pasando desde hace más de un mes nuevamente por su carril de circulación original, no sólo lo siguen haciendo todavía también por el trazado provisional sobre la zona peatonal sino que, es más, de un tiempo a esta parte ya no aparcan allí en una sólo hilera sino en dos.
Y el vecindario está ya harto. Porque, sí, toda obra es molesta y hay que sufrir durante un tiempo los típicos inconvenientes; pero si éstos pueden ser minimizados, y muy fácilmente, e incluso ponerles ya fin, no está justificado ni se entiende que haya que seguir soportándolos.
Así que, si el Ayuntamiento no acaba de una vez y muy pronto con esta situación sin sentido, y arregla los desperfectos causados a la plaza del Pumarejo, cualquier día de estos el vecindario podría proceder por sus propios medios a iniciar la recuperación de dicho importante espacio para el barrio; porque tal posibilidad viene comentándose hace un tiempo por las calles y, últimamente, ya de manera insistente.
Pero, estándole pagando un buen dinero a empleados públicos y empresas para que resuelvan este tipo de pormenores, ¿por qué la ciudadanía ha de terminar ocupándose de los mismos empleando su tiempo y energía? Sr. Zoido, ¡actúe, y ya!
NOTA: el reportaje fotográfico enviado junto a este comunicado puede descargarse desde aquí.
Asociación Vecinal La Revuelta del Casco Norte de Sevilla
Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.