Viernes 22 de febrero de 2012
La Asociación Vecinal La Revuelta del Casco Norte de Sevilla lamenta que las últimas decisiones de la Corporación Municipal en materia de movilidad se dirijan únicamente a favorecer el acceso en vehículos privados al centro histórico, como se ha manifestado en las conclusiones de la Comisión sobre la derogación del Plan Centro y en la aprobación provisional de la autorización de aparcamientos rotatorios, en lugar de potenciar el acceso en transporte público y la movilidad no motorizada.
Si bien nuestra experiencia reciente, los ejemplos de otras ciudades y todo la normativa vigente, desde la Estrategia sobre Medio Urbano de la Comisión Europea hasta el Plan General de Sevilla, tienden a “promover un transporte público de calidad, el uso de la bicicleta o los desplazamientos a pie”; el Ayuntamiento insiste en su política desfasada, obsoleta y superada de meter más coches en el casco histórico, aunque sea aparcando en las aceras.
En ambos casos, el Ayuntamiento sigue defendiendo que la dinamización del centro de la ciudad depende del acceso indiscriminado en coche y que estas medidas se toman para “favorecer la necesaria reactivación económica y la revitalización de la configuración funcional del área central”, tal y como “fue solicitada reiteradamente y finalmente apoyada por las asociaciones de comerciantes”. El que estas asociaciones hayan errado siempre en sus previsiones catastrofistas sobre los efectos de la peatonalización (Tetuán, Constitución, Asuncion,...) no le impide al gobierno municipal reconocer que estas medidas se toman debido a sus “reiteradas” presiones.
Las motivaciones -o más bien justificaciones- aducidas para respaldar estas decisiones resultan más bien vergonzantes, ya que se les atribuye un carácter “temporal y reversible”. Aunque se reconoce que “el escenario deseable del Centro Histórico propuesto por el Plan General puede seguir considerándose como meta final a alcanzar”, se apela a que por ahora la situación económica impide invertir en el transporte público. De nuevo la crisis tomada como pretexto y contexto para justificar el abandono de los servicios públicos.
En el caso del Plan Centro, la justificación de su derogación es aún más infundada, por cuanto concluir que no llegó a entrar en pleno funcionamiento porque no se cobraron las sanciones no supone ningún juicio sobre sus objetivos, medios o eficacia. El que la Comisión haya estado atascada durante un año para al final llegar a tales “conclusiones” no demuestra sino la incapacidad de nuestros gobernantes para realizar un análisis fundado, riguroso y basado en datos objetivos sobre el antes y el después de la aplicación del Plan Centro. Así que, a falta de datos, se gobierna por presiones “reiteradas”.
La Comisión sobre el Plan Centro tampoco ha abordado la promesa municipal de elaborar y “consensuar con la ciudadanía”, un plan de movilidad alternativo que, según remachaban los responsables municipales, no adolecería de uno de los pecados originales que le imputaban al plan derogado: la falta de información pública, de debate ciudadano, de diálogo y consenso con la sociedad. Pues bien, aquí hemos llegado un año después y aún seguimos esperando alguna de esas acciones de transparencia y respeto a la ciudadanía. Frente a las promesas incumplidas, los hechos resultan incuestionables. Cuando un grupo de 14 asociaciones le dirigieron un escrito al Alcalde pidiéndole información y diálogo sobre la anunciada derogación del Plan Centro, ni siquiera recibieron contestación. Cuando 26 entidades y 2.300 vecinos suscribieron el Manifiesto contra el Parking en la Alameda, tampoco hubo respuesta. Y cuando la Gerencia de Urbanismo ha contestado a las alegaciones contra la modificación del PGOU, su sentido ha sido desestimatorio.
Frente a esta política de oídos sordos, tenemos que volver a insistir en que un aparcamiento subterráneo y rotatorio en la Alameda plantearía problemas geotécnicos y de destrucción del arbolado y su posterior explotación provocaría la saturación de los accesos, agravando además el problema de aparcamiento ilegal e indiscriminado creado por el propio Ayuntamiento al derogar el Plan Centro. Existen alternativas más coherentes, simples y austeras para favorecer la accesibilidad universal al Centro, como son el fomento del transporte público, primando a los autobuses municipales en lugar de a los coches privados, potenciando los itinerarios peatonales, los carriles bici y ejecutando los inconclusos aparcamientos en el borde del Casco. Si el Delegado de Urbanismo se ve incapaz de cumplir el mandato de Plan General vigente, debería dimitir por coherencia y no buscar un apaño con estas “medidas intermedias paliativas” que no son sino un fraude a la normativa y a los ciudadanos.
La Asociación Vecinal La Revuelta confía en que las instancias superiores, administrativas o judiciales, acaben por reconocer la ilegalidad de estas medidas y que la movilización vecinal haga entender al gobierno municipal que queremos una ciudad con un buen transporte público y un centro histórico con calidad urbana.
Asociación Vecinal La Revuelta del Casco Norte de Sevilla
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